Perspectivas de una mesa redonda con expertos del sector
Puntos clave
- Comprender la relación entre el cambio climático y sus efectos en la salud humana requiere modelos avanzados que consideren una variedad de factores climáticos, sus interacciones y las diferencias en los determinantes sociales de la salud.
- Los actuarios deben tener en cuenta las brechas de datos, la subnotificación y las diferencias metodológicas en la evaluación de los impactos del cambio climático en la salud, ya que estos factores pueden generar incertidumbre en las estimaciones de mortalidad y morbilidad.
- La evaluación del riesgo climático exige un enfoque holístico que integre tanto los impactos directos como indirectos en la salud, además de la naturaleza acumulativa de los factores climáticos, con el fin de realizar proyecciones a largo plazo más precisas y respaldar supuestos de tarificación mejor fundamentados.
Actuview, la plataforma internacional de streaming para actuarios, organizó recientemente una mesa redonda con expertos del sector para abordar el cambio climático, centrándose específicamente en su impacto sobre los seguros de vida y salud, y en cómo las aseguradoras y los actuarios deberían abordar esta cuestión clave. Una de las panelistas fue la Dra. Georgiana Willwerth-Pascutiu de RGA. Este artículo resume las ideas que compartió durante el encuentro, y su intervención completa puede verse en la grabación al final del texto.
En una época en la que el cambio climático ocupa un lugar central en los debates globales, comprender su impacto sobre la mortalidad y la morbilidad se ha vuelto esencial. La salud ambiental, una rama de la salud pública, evalúa cómo los factores del entorno —incluidos los riesgos climáticos— afectan la salud y el bienestar humanos. Estos riesgos representan amenazas significativas en relación con las principales causas de muerte, desde enfermedades cardiovasculares hasta cáncer. Analizar en profundidad esta compleja relación revela tanto desafíos como hallazgos inesperados que ayudan a moldear la comprensión de los efectos del cambio climático sobre la salud.
Tendencias y variaciones
Los dos factores climáticos más estudiados y con mayor respaldo académico son la contaminación del aire y el aumento de las temperaturas, lo que incluye el calor extremo y las olas de calor. Sin embargo, los dos fenómenos que tienen el mayor impacto humano a nivel global son las sequías y las inundaciones. El informe The Lancet Countdown sobre salud y cambio climático señaló que el riesgo de muerte por inundaciones se ha mantenido sin cambios a nivel mundial desde la década de 1990; de hecho, ha disminuido en ciertos países de altos ingresos.
El impacto global del cambio climático en la mortalidad ha revelado algunas tendencias interesantes en las últimas dos décadas. Por ejemplo, la proporción de muertes en exceso relacionadas con el frío disminuyó a nivel mundial en aproximadamente un 0.5%, mientras que la proporción de muertes en exceso asociadas al calor aumentó alrededor de un 0.2%, lo que representa una reducción neta en la proporción total. El sudeste asiático registró la mayor disminución en la proporción global de muertes en exceso.
“Nuestra tarea es comprender la relación epidemiológica entre los riesgos climáticos y la salud, cómo varía según la geografía y otros factores socioeconómicos, y luego cuantificar el impacto del cambio climático en la salud.”
– Dra. Georgiana Willwerth-Pascutiu
Se espera que estas tendencias varíen en algunas regiones bajo distintos escenarios climáticos futuros. Por ejemplo, en un escenario de altas emisiones, y sin considerar el envejecimiento poblacional, la mayoría de los estudios proyectan un impacto neto neutro en la mortalidad relacionada con la temperatura en Estados Unidos, mientras que para el sudeste asiático se anticipa un impacto negativo en la mortalidad.
Desafíos en la recopilación y el análisis de datos
Si bien estos hallazgos ofrecen perspectivas valiosas, los investigadores enfrentan diversos desafíos al realizar sus análisis.
Brechas de datos
El estudio Global Burden of Disease atribuyó aproximadamente 1.9 millones de muertes anuales en 2021 a temperaturas no óptimas. Según sus hallazgos, la mayoría de estas muertes se debieron a condiciones de frío, y la mortalidad relacionada con el frío fue cerca de nueve veces mayor que la asociada al calor. No obstante, otros informes indican que estas cifras oscilan entre 1.7 y cinco millones de muertes.
Determinar cuáles cifras son correctas ya representa un desafío en sí mismo. Las estimaciones varían según la calidad de los datos, la metodología utilizada y las suposiciones realizadas sobre la respuesta humana frente a los cambios de temperatura. Esto requiere comprender las limitaciones de los datos y de la investigación, así como saber cómo atribuir correctamente, identificar, clasificar y codificar los impactos en la salud.
Subregistro y variaciones metodológicas
Las investigaciones indican que los registros oficiales subestiman la relación entre los riesgos climáticos y la salud, como es el caso de la mortalidad asociada al calor extremo. Por ejemplo, un estudio realizado en Australia sugirió que las cifras oficiales subestiman las muertes atribuibles al calor excesivo en un factor de hasta 50.
La medición de la mortalidad relacionada con el calor puede analizarse desde dos enfoques: por todas las causas o por causas específicas. Cuando se considera la mortalidad por todas las causas, se obtiene una mayor sensibilidad; en cambio, al enfocarse en causas específicas, se logra una mayor especificidad.
Es fundamental considerar la metodología empleada para reportar la morbilidad y mortalidad relacionadas con el clima a fin de estimar con precisión su impacto en la industria de seguros. El uso de métodos de reporte mejorados puede ser decisivo, incluyendo la incorporación de códigos de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD por sus siglas en inglés) que reflejen tanto los efectos directos como los indirectos de los riesgos climáticos sobre la salud.
Desastres naturales y el costo oculto del cambio climático
La ciencia de la atribución analiza en qué medida los fenómenos meteorológicos extremos (como huracanes, inundaciones, olas de calor, entre otros) están influenciados o incluso provocados por el cambio climático. Sus especialistas utilizan datos observacionales y distintos modelos para estimar probabilidades.
Estos científicos del clima han señalado que la intensificación de los huracanes es una consecuencia del cambio climático. Uno de los factores clave es el aumento de la temperatura de los océanos a nivel global, resultado de la absorción del calor generado por el incremento del CO₂ en la atmósfera, que actualmente supera en un 50% los niveles de la era preindustrial. Esto proporciona más energía para que las tormentas se formen e intensifiquen.
Algunas proyecciones climáticas sugieren que la frecuencia anual de tormentas podría aumentar entre un 10% y un 15% para el año 2050. Están surgiendo nuevos estudios en los que los investigadores buscan cuantificar el efecto del cambio climático como factor contribuyente en la mortalidad en exceso.
Más allá del impacto directo
Aunque la mortalidad directa causada por eventos climáticos es bien conocida, sus impactos indirectos merecen un estudio más profundo. Un estudio reciente publicado en Nature sugiere que los efectos generales de los desastres naturales sobre la salud en Estados Unidos podrían estar subestimados. El estudio concluye que, en promedio, se atribuyen 24 muertes por año a cada huracán, aunque la mortalidad indirecta podría ser mayor.
Otros estudios llegan a conclusiones similares, pero es importante señalar que medir los efectos prolongados de las catástrofes representa un gran desafío. Surgen dudas sobre la verdadera correlación en ciertos desenlaces relacionados con la mortalidad, especialmente cuando estos se desarrollan tiempo después del evento climático. Por ahora, no es posible llegar a una conclusión definitiva. Las aseguradoras de vida y salud deben continuar monitoreando y analizando datos adicionales provenientes de regiones donde se sugiere que los desastres naturales afectan la morbilidad y mortalidad a largo plazo.
Un enfoque de vigilancia consiste en buscar en los registros de defunción menciones específicas que vinculen el fallecimiento con un evento climático extremo, identificando así las muertes directamente atribuibles. Si bien esta metodología permite capturar la mortalidad directa, un número considerable de muertes asociadas puede pasar desapercibido. Estas pueden estar relacionadas con la contaminación de alimentos y agua, la interrupción del acceso a atención médica o trastornos de salud mental. Algunos estudios han demostrado que es posible registrar mortalidad en exceso durante al menos 60 días después de un evento.
Efectos acumulativos
Los factores climáticos no deben analizarse de forma aislada, ya que sus interacciones pueden generar consecuencias complejas e impredecibles.
El año pasado, The Lancet Countdown informó que la mortalidad relacionada con el calor entre personas de 65 años o más aumentó un 85 % en comparación con la década de 1990. El informe señalaba que, incluso sin un aumento de las temperaturas, se habría esperado un incremento del 38 %, principalmente debido a cambios demográficos, especialmente el envejecimiento poblacional. En el informe de este año, se observó que la mortalidad relacionada con el calor aumentó un 167 %, más de 2.5 veces la cifra prevista (65 %) si no se hubiera producido un aumento en la temperatura.
Conclusión: Un llamado a un análisis integral
La complejidad de las interacciones entre el clima y la salud exige un enfoque más completo. A medida que los eventos ambientales extremos se vuelven más frecuentes, se vuelve fundamental mejorar los métodos de reporte y atribución, así como adoptar una perspectiva holística que contemple tanto los impactos directos como indirectos —incluidos los efectos agudos y crónicos— asociados a los desastres naturales.
Comprender mejor estas relaciones complejas representa una oportunidad para prepararse y mitigar de manera más eficaz los efectos del cambio climático sobre la salud, contribuyendo así a construir una población global más saludable y resiliente.
Mira el video con los comentarios de Georgiana a continuación. Puedes ver la mesa redonda completa a través de Actuview.